Es muy común escuchar a las personas mayores decir que los jóvenes no deben estar trabajando, sino dedicarse a estudiar, primero en la escuela secundaria y luego en la universidad, y que solo de esta forma lograrán adquirir conocimientos.
Sin embargo, muchos jóvenes se desentienden de estas planificaciones y consideran que esos años son el momento indicado para emprender en grande y poder dedicarse a tiempo completo a perseguir sus sueños.
Ambos postulados no deben contradecirse, pues hacer negocios es hoy en día necesario para poder subsistir, pero también implica un enorme aprendizaje por tejer relaciones de confianza entre las personas y además, conocer reglas básicas de la economía personal. Entonces, ¿qué hacer?
Determinar prioridades
El éxito de los emprendimientos depende en gran magnitud de la actitud de la persona y también de su situación socioeconómica. Ante eso, es necesario determinar las prioridades y decidir: ¿es el momento para estudiar o para comenzar un emprendimiento? O también es posible preguntarse: ¿los estudios permiten tener tiempo para desarrollar de forma conjunta un emprendimiento?
Muchas veces se puede organizar la agenda y el tiempo para lograr hacer ambas cosas, pero para eso es necesario determinar una prioridad. ¿Estudiar con rapidez es más importante que hacer negocios, o se necesitan hacer negocios para poder continuar en los estudios?
Hacer planificaciones a largo plazo
Independientemente de las respuestas a todas esas preguntas, se vuelve muy importante la necesidad de planificarse a largo plazo. Emprender no es algo de pocas semanas, sino que se hace con la aspiración de poder subsistir con eso por bastante tiempo.
Lo mismo sucede con los estudios formales, que no suelen ser cortos. Por todo ello, es sumamente importante planificar cómo serán los siguientes meses y cómo combinar ambas actividades.